Estos congregados, los elegidos de Dios, forman el cuerpo de creyentes o seguidores de aquel a quien Dios puso por cabeza: el Cristo (Efesios 1:22-23; Colosenses 1.18) Entonces, la iglesia es el cuerpo o conjunto de los creyentes. Los discípulos del Cristo, aquellos que han creído en Él, que sostienen y guardan sus enseñanzas, que las siguen y que guardan sus mandamientos.
La Iglesia, la Casa de Dios
El hombre hechura de Dios, fue hecho del polvo de la tierra (Génesis 2.7) fue hecho para habitar la tierra por siempre (Isaías 45.18: Salmo 115.16). Pero la morada de Dios, Él la puso en el cielo (Salmo 113.15), sin embargo. Él también ha querido “morar entre los hombres”.
Por ello fue que a Israel le pidió que “le hiciera un Santuario”, para poder “habitar entre ellos” (Éxodo 25.6) Pero, aunque “corporalmente” Dios no puede morar entre los hombres, ni puede vivir en templos hechos de manos humanas, (Hechos 17.24; 1 Reyes 8.27-29) Él quiso tener un lugar entre los humanos, donde su Nombre estuviera presente, donde se manifestara a ellos.
El santuario en Israel fue como una representación de la morada celestial de Dios (1 Reyes 8.29-32) Por lo que también aquel templo fue señalado como un Tipo o representación de la “Casa espiritual” de Dios. Así, Templo antiguo fue llamado la casa de Dios.
El profeta dijo que todo aquel que abrace el Pacto de Dios, que guarde su justicia que se abstenga de profanar el sábado, y esté dispuesto a respetar los mandamientos divinos, le será dado un lugar “dentro de los muros de la Casa de Dios”, una casa en la que tienen lugar todos los pueblos de la tierra (Isaías 56.6,7)
Cada uno de los creyentes, al aceptar el llamamiento divino se agrega en esa construcción espiritual (1 Pedro 2.5, Efesios 2.20-21), esa Casa donde Dios mora en espíritu (Efesios 2.22; 1 Corintios 3.16); así, individualmente como en conjunto, los creyentes son la morada de Dios, el Templo de Dios para este tiempo.
Términos bíblicos que se refieren al pueblo de Dios
La Iglesia de Dios no es un edificio, sino un grupo de creyentes que Dios ha invitado a salir del mundo. Una respetada obra de consulta, The International Standard Bible Encyclopedia (“Enciclopedia internacional general de la Biblia”), resume varias descripciones que en el Nuevo Testamento se hacen del pueblo de Dios: Esta Iglesia no es una organización humana; es hechura de Dios (Efesios 2:10)... Así, puede ser descrita en varias formas muy significativas.
Las cuales pueden notarse las siguientes:
La Iglesia es el pueblo o el Israel de Dios, (Efesios 2:12; cf. 1 Pedro 2:10), en quienes se cumple la promesa del antiguo pacto: ‘Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo’.
Es la familia de Dios (Efesios 2:19; 3:15; 4:6), aquellos que han sido adoptados por Dios como hijos y herederos en Cristo.
Es lo que Dios ha plantado para dar fruto a su gloria, (1 Corintios 3:10; cf. Juan 15:1-2). Es el templo de Dios, construido por él mismo en Cristo para ser su morada y así ser el centro de la santificación y adoración verdaderas (Efesios 2:21-22; cf. Juan 2:19-20; 1 Corintios 3:9; 1 Pedro 2:4-5).
Es la novia de Cristo por la que el novio se dio a sí mismo para poder presentársela limpia, santificada y pura en la eterna fiesta de bodas (Efesios 5:25).
Es el cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo, siendo Cristo mismo la cabeza (Efesios 4:15-16) y también la totalidad en un sentido verdadero (1 Corintios 12:12), siendo cada cristiano un miembro en particular (1 Corintios 12:27).
Estos pasajes nos dicen mucho acerca de la definición bíblica de la Iglesia.
La Familia de Dios
Los seres humanos, por naturaleza no son hijos de Dios. La Biblia claramente dice que son los “hijos de los hombres”, los hijos de Adam (Génesis 6:1-2); Números 23.19; Salmo 8.4; 115:16)
No son hijos de Dios porque el hombre fue hecho del polvo de la tierra (Génesis 2:7) el hombre es carne (Efesios 6.3) y Dios es de una naturaleza celestial. Él es muy superior a los seres humanos y cualquiera otro ser. Es por ello que los hombres nos pueden ser contados como hijos de Dios.
Sin embargo, por la relación que Dios ha establecido con el humano, a través de la religión, por el rescate que pago a través del sacrificio de su Hijo Unigénito, el hombre recibe un trato preferencial delante de Dios como si fuera un hijo suyo. El apóstol Juan, al comprender la grande misericordia de Dios nos dice: “Mirad cual amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios” (1 Juan 3:1). El apóstol Pablo, quien también comprendió el grande don divino, escribió que Dios, por su excelsa Gracia, ha querido adoptarnos como hijos, para que seamos para alabanza de la gloria de su Gracia. (Efesios 1.5, 6), con la cual hemos sido salvos y por espíritu de adopción que se nos ha dado, ahora podemos llamar a Dios, Padre (Romanos 8:15)
Dios, entonces se nos presenta como una Padre, nos trata como hijos. Ahora también nos ve como hijos, y el trato es tal, que nos hace semejantes a su Hijo, nos da un trato como si fuésemos el Hijo (Romanos 8.29), siendo Él su Hijo Unigénito (Juan 3.16), ahora lo ve como el Primogénito, porque ahora tiene otros hijos, a los que él ha adoptado por Gracia. Ahora Dios es el Padre de toda la familia (Efesios 3:14-15) Una parte de esa familia está en los cielos, la otra parte está aquí, en la tierra, y esa es su Iglesia.
Cuán grande es la misericordia divina. ¡Con razón dijo el salmista “¿Quién como el Señor nuestro Dios? Él habiendo puesto su morada en los cielos, se inclina a mirar en la tierra, para levantar del polvo al pobre, y el menesteroso lo levanta del muladar; para hacerlos sentar con los príncipes de su pueblo! (Salmo 113:5-6)
¿Quiénes son la iglesia de Dios?
Eso es la Iglesia de Dios; es la iglesia compuesta de todos aquellos que han querido escuchar el llamamiento de Dios y han acudido a Jesucristo; y reconociendo sus pecados, van buscando el perdón divino. Son aquellos que han creído en el Unigénito Hijo de Dios y han lavado sus ropas en la Sangre del Cordero.
Son una grande multitud, de todas las naciones, de todos los pueblos y lenguas, una multitud que ningún humano puede contar (Apocalipsis 7.9-15) Son también aquellos que fueron señalados con la marca de Dios en sus frentes, los ciento cuarenta y cuatro mil señalados de las doces tribus de Israel (Apocalipsis 7.1-4; 14.1-5)
Estos y aquellos, en conjunto son los redimidos por la sangre de Jesucristo, son los que han sido comprados de entre los hombres, son los que forman, los que han formado la morada de Dios entre los hombres a través de los tiempos.
Ellos son la Casa de Dios.
Ellos son la Iglesia de Dios.
Ellos son la Familia de Dios.
Dios ha establecido un pueblo en esta época de la gracia, formado primeramente de judíos, y posteriormente de gentiles, los cuales han creído en el Señor Jesucristo, este pueblo es llamado iglesia de Dios. Que fue fundado por el mismo Jesucristo, ese pueblo no fue fundado en otro país, si no que fue en el año 30 de nuestra era en la ciudad de Jerusalén.
Usted lo habrá notado, lo que hemos considerado en la Palabra de Dios para que quede así confirmado por ella misma. Tú decides si quieres seguir la iglesia que fue fundado por cristo mismo o quieres seguir lo que el mundo ofrece con la filosofía.